Gracias a esta técnica podemos terminar con el dolor que provoca “apretar” los dientes inconscientemente de forma continua, lo que se denomina bruxismo.
Durante el tratamiento infiltramos una sustancia inhibidora, gracias a la cual disminuimos la fuerza de los músculos. De este modo, reducimos los traumatismos que se generan, sin afectar en ningún caso a la masticación o al habla.
Beneficios del tratamiento contra el bruxismo
Además de mejorar la calidad de vida de los pacientes, el tratamiento contra el bruxismo y dolor facial presenta múltiples beneficios:
- Se mejora y elimina el dolor mandibular que presentan los pacientes con bruxismo.
- Se mejora la sintomatología que se asocia con cefaleas, falta de apertura de la boca, ruidos y chasquidos de la mandíbula o dolor de oído entre otros.
- Se recupera la simetría facial.
- Conseguimos un refinamiento del perfilado mandibular, así como un rostro más estilizado.
Características de la intervención
Esta técnica es muy rápida y sencilla y no presenta efectos secundarios. No precisa de anestesia, y los resultados comienzan a notarse entre las 48-72 horas posteriores a la intervención. El efecto de este tratamiento tiene una duración que oscila entre los 4 y los 6 meses.
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